Una relación calidad-precio increíble. Productos frescos, de buena calidad y muy bien cocinados. La carne impresionante, los entrantes buenísimos y generosos, el detalle de los aperitivos, el personal atento y amable. Profesionales dentro y fuera de la cocina que cuidan todo al detalle. También nos gustó el vino, Pago de Capellanes, y alcanzamos el clímax gastronómico con el postre, ¡unos profiteroles bañados en un chocolate buenísimo! Por supuesto volveremos.

La comida soberbia con gran variedad de platos originales, muy bien cocinados y presentados, abundantes y recién hechos. El lugar está en un alto cerca de las estrellas en plena noche fresquita. El servicio muy correcto. Nos recibieron con vino y aperitivo gratis y de despedida unos bombones y cuadraditos de bizcocho muy bien presentados. Se puede aparcar sin problema en las inmediaciones. De precio normal, sin excesos. Un restaurante de mucha calidad y que se ha mantenido en el tiempo mejorando si cabe tanto la calidad como el servicio. Recomendable siempre.